“Se trata de la primera evidencia sólida de esta habilidad en animales no humanos para distinguir entre emociones faciales de otra especie”, declara a la agencia Sinc Ludwig Huber, coautor del estudio. Y es que ni siquiera los chimpancés o los gorilas han mostrado esta capacidad de vislumbrar los sentimientos en los rostros de otras especies distintas.
Finalmente, entrenaron a 11 perros para el experimento final que constaba de comprobar si eran capaces o no de transferir su conocimiento sobre la emoción con la que serían recompensados al distinguir con éxito las expresiones de enfado y alegría de rostros de todo tipo, incluso de desconocidos.

“Parece que responden a una cara enfadada como responderían a un estímulo intimidatorio, lo que indica que asocian los significados con ambas expresiones. Solo pudieron resolver la tarea memorizando cómo es un rostro alegre o enfadado, por ejemplo, asociando una sonrisa o una boca alegre con ojos alegres. Resolvieron esa tarea basándose en una expresión emocional. Sin embargo, no sabemos en detalle cómo los perros son capaces de discriminar entre una expresión y otra. Solo sabemos que son capaces”, aclara Huber.
¿Muestran empatía los perros? ¿Comparten nuestros sentimientos? ¿Hay más especies que sean capaces de reconocer emociones en rostros humanos? Este será el siguiente paso de la investigación. “Si sabemos que los animales son capaces de leer, comprender y reaccionar a nuestras emociones, esta investigación tendrá un gran impacto en el conocimiento sobre las interacciones entre humanos y animales y en el bienestar animal”, concluyen los investigadores.
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